La mujer de la carretera.
Este relato, me fue platicado por un conocido trailero que le toco vivir esta horrible experiencia, por Manuel Cifuentes, trailero de una línea de transportes muy grande de la ciudad de Nuevo Laredo, Tamps. La cual tenía rutas por toda la república Mexicana, él tenía a su cargo la de México DF a Nuevo Laredo, Tamps.
El viviendo en la
ciudad de San Luis Potosí siempre tenía oportunidad de llegar a
visitar a su familia ya que es la mitad del trayecto entre estas dos ciudades
antes mencionadas. En una ocasión, uno de los compañeros, que tenia
una ruta, que el no conocía se accidento, para mala suerte, le
toco a el cubrir la ruta que desconocía por completo. La ruta era
de México D.F. a la ciudad de Durango, Dgo, y con una carga urgente,
se enfilo a su destino, solo que unos compañeros de su trabajo, le advirtieron
que en cierto tramo de la carretera, por ningún motivo lo circulara
en la noche, ya que se aparecía una mujer, por la carretera, pidiendo
un aventon o raid.
Así paso y al trailero por descuido o por necesidad
de llegar a destino lo mas rápido posible, se le olvido por completo,
las advertencias de sus amigos, y paso de largo, y al pasar por cierta curva
mencionada por sus colegas, se acordó de las palabras que le dijeron,
y como cosa adrede, vio a una mujer que a la orilla de la carretera
estaba con una llanta, como si hubiera tenido un accidente.
El operador como buen samaritano, hizo el intento
de frenar para ayudar a la pobre mujer, cuando a su mente volvieron las
palabras de advertencia, que un día antes le habían dado.
y prefirió seguir con su camino, pero a la siguiente curva para su
sorpresa se volvió a encontrar a la mujer a la orilla de la carretera
pero que se le quedaba mirando con un cierto modo de reproche.
Cuenta el operador que se le erizaron los vellos de
el cuerpo, tratando de pasar de nuevo por alto a la alma en pena se quedo
viendo el espejo retrovisor para ver la reacción de el fantasma.
Ya con el miedo encima, por verla en dos ocasiones,
en distintos lugares y ver que por el espejo retrovisor no se veía
no sabia lo que le esperaba que al pestañear, apareció dentro de
su camión en el asiento del copiloto, el alma en pena de la mujer
de la carretera.
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