miércoles, 13 de abril de 2016

La mujer de la carretera



La mujer de la carretera.

Este relato, me fue platicado por un conocido trailero que le toco vivir esta horrible experiencia, por  Manuel Cifuentes, trailero de una línea de transportes muy grande de la ciudad de Nuevo Laredo, Tamps. La cual tenía rutas por toda la república Mexicana, él tenía a su cargo la de México DF a Nuevo Laredo, Tamps.


El viviendo en la ciudad de San Luis Potosí  siempre tenía oportunidad de llegar a visitar a su familia ya que es la mitad del trayecto entre estas dos ciudades antes mencionadas. En una ocasión, uno de los compañeros, que tenia  una ruta, que el no conocía  se accidento, para mala suerte, le toco a el cubrir la ruta que desconocía por completo. La ruta era de México D.F. a la ciudad de Durango, Dgo, y con una carga urgente, se enfilo a su destino, solo que unos compañeros de su trabajo, le advirtieron que en cierto tramo de la carretera, por ningún motivo lo circulara en la noche, ya que se aparecía una mujer, por la carretera, pidiendo un aventon o raid.


Así paso y al trailero por descuido o por necesidad de llegar a destino lo mas rápido posible, se le olvido por completo, las advertencias de sus amigos, y paso de largo, y al pasar por cierta curva mencionada por sus colegas, se acordó de las palabras que le dijeron, y como cosa adrede, vio a una mujer que a la orilla de la carretera estaba con una llanta, como si hubiera tenido un accidente.



El operador como buen samaritano, hizo el intento de frenar para ayudar a la pobre mujer, cuando a su mente volvieron las palabras de advertencia, que un día antes le habían dado. y prefirió seguir con su camino, pero a la siguiente curva para su sorpresa se volvió a encontrar a la mujer a la orilla de la carretera pero que se le quedaba mirando con un cierto modo de reproche.


Cuenta el operador que se le erizaron los vellos de el cuerpo, tratando de pasar de nuevo por alto a la alma en pena se quedo viendo el espejo retrovisor para ver la reacción de el fantasma.


Ya con el miedo encima, por verla en dos ocasiones, en distintos lugares y ver que por el espejo retrovisor no se veía  no sabia lo que le esperaba que al pestañear, apareció dentro de su camión  en el asiento del copiloto, el alma en pena de la mujer de la carretera.






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