miércoles, 13 de abril de 2016

La Mantequera de Nuevo Laredo Tamaulipas



Quienes pasan por el lugar recuerdan lo que un día fue, el sustento de muchas familias de esta ciudad.

A 20 años de haber cerrado sus puertas la Hidrogena dora Nacional, los neolaredenses la recuerdan como patrimonio histórico de la ciudad.

NUEVO LAREDO.- Dos décadas han transcurrido desde el cierre de la Hidrogenadora Nacional, considerada por muchos como un patrimonio histórico de esta frontera; vecinos y ex trabajadores ven con nostalgia los días en que “La Mantequera”, como era conocida coloquialmente, estaba llena de vida.

Don Florentino Serna Orozco de 75 años de edad quien laboró por cerca de 32 años en la empresa e incluso ha vivido frente a las instalaciones de la misma desde hace décadas, recuerda detalladamente y con cierta añoranza las labores que realizaba.

“Laboré ahí desde 1962 hasta que cerró en 1994, en los primeros años, andábamos cargando cajas de manteca o de aceite, así pasó el tiempo luego después nos rolábamos para otros trabajos; en ese tiempo las fichas para tapar el aceite las poníamos con la mano, también había jabonera, hacían jabón para lavar, de ese de lejía” expresó Serna.

En sus inicios muchos de los empleados eran eventuales, y debían estar puntuales en la entrada para esperar ser los elegidos para laborar ese día, y tomar la oportunidad que se les diera, posteriormente muchos adquirieron permanencia.

“A veces trabajaba como operador de la máquina, que por cierto se llevaron toda la máquina los rateros, toda la desaparecieron, todos teníamos que estar en la puerta, antes de las 7 para ver qué nos daban de trabajo; éramos como 400 y tantos” comentó.

La “Mantequera” sufrió diversos cambios a través del tiempo, pues al principio esta icónica industria pertenecía a la emblemática familia Longoria, sin embargo con el tiempo el gobierno tomaría el control del mismo y posteriormente la iniciativa privada habría acabado con la vida de lo que un tiempo fue el corazón de la ciudad.

“Después de ser de los Longoria, no sé por qué causa el gobierno la tomó, se decía que no pagaba impuestos o no sé qué; con Luis Echeverría, la echaron andar como Conasupo, duraron ahí algunos años, al último, vinieron los yucatecos, y fueron los que estuvieron al último”.

Al hablar de la hidrogenadora, uno de los primeros recuerdos que vienen a la mente, es precisamente el particular aroma industrial que envolvía los alrededores, inclusive algunos aseguran percibir remanentes del mismo.

 “En el tanque más grande huele por lo caliente del sol, porque ahí en el fondo se hace la mezcla de todo el aceite que se almacena, es un poco desagradable pero se tiene uno que acostumbrar; si la gente se queja de que huele muy feo, pues es donde se fermenta lo que queda en el fondo; y el mascarrote tenía un olor también” agregó.

Así como Don Florentino, muchos quisieran ver el lugar lleno de vida una vez más; al tratar el tema suele surgir el precedente del parque fundidora en Monterrey, Nuevo León, donde un enorme sector industrial es ahora un lugar de esparcimiento e incluso escenario de eventos multitudinarios.

 “Podría hacer varias cosas, ahí estaría bueno que hicieran conciertos, ahí podrían tener escenario, ahí se pueden hacer muchas cosas, depende del que vaya a hacerlos, pero que no estuviera ahí de oquis, pero quién sabe si irán a hacer algo”.

La nostalgia es compartida por muchos de quienes solían formar parte de la “Mantequera”, algunos incluso llegando al grado de soñarse briosos laborando como en aquellos años en que aún había vida en el lugar, hoy es simplemente un baúl de recuerdos y un depósito de óxido y polvo.

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